Análisis sobre las obras presentadas en la exposición:
“Bordes del Dibujo”
MAMBo (Febrero 2003)
Son tres dibujos muy limpios y cuyas imágenes inacabadas muestran de manera casi fotográfica lotes abandonados, obras a medio construir o el Congreso y las enormes panelas de cemento que ponen enfrente para evitar que la gente o los carros circulen, se estacionen o que se yo, pero que definitivamente rompen con la estética del espacio y de la plaza. Estos son apenas tres dibujos de una serie que realizó el joven artista Mateo López como proyecto de grado en la Universidad de Los Andes. Inmaculadamente presentados y realizados en su más mínimo detalle, Mateo López se encarga de que cada cosa que aparezca en escena no sea una cuestión de azar... por ello el trazo aunque casi fotográfico hace parte de una intención y por consiguiente se puede involucrar con la idea de gesto. Es decir en estos dibujos vemos cómo el gesto puede ser un pequeño, medido y calculado punto con un fin específico que es, como en el bordado, el de unir nudo con nudo para formar un todo.
El único problema que se nos devuelve en esta parte es que el todo está incompleto, inacabado. No hay sino una parte de ese todo, como podría hablarse de los cuadros-ventanas de Mondrian o como las pinturas fotogramas de películas, de Edward Hopper pero que evidentemente trasciende hacia otros ámbitos. Hay una parte de ese todo que nos sugiere algo más allá de la imagen. Al ver que esta unión sigilosa entre nudo y nudo entre punto y punto, forman una filigrana de tiempo, de diario personal y de respiración inacabada, nos queda la duda sobre lo que hay en lo que no vemos. ¿Acaso una espera? ¿o más bien una mirada hacia la muerte?
***
Hay algo en el proceso que sugiere tener en cuenta un problema de tiempo, de espera y de dejar sobre la marcha una huella en esa espera. Cada huella concreta en si misma la imagen de la que estamos hablando. El dibujo en Mateo López se presenta como testimonio de esa espera inacabada. Se busca algo que en el camino se ve que no será posible de lograr... se abandona como el deseo insatisfecho, como ese algo que nunca se podrá alcanzar en vida, porque lo único que puede terminar con todo esto es la propia muerte, tal cual como sucede con un diario íntimo. Si se quiere estará de la mano de Sísifo, buscará en él como en Miguel Angel y sus esclavos o como Rodin y sus puertas del Infierno, un más allá de la obra como conclusión... será en este caso un dibujo como testimonio, como documento de un hecho en el que la labor de Mateo López se acompañará con la pertinencia de la imagen seleccionada. Entre ambas se bordan nudos perfectamente acabados cuidándose de dejar un espacio a lo inacabado... al sentimiento de duelo anticipado como preámbulo de la muerte.
[1] Roger Grenier, “La Frivolité ou la Mort”, en L’inachevement, Nouvelle Revue de Psychanalyse No 50, Ed. Gallimard, 1994, p. 18.
“Bordes del Dibujo”
MAMBo (Febrero 2003)
Son tres dibujos muy limpios y cuyas imágenes inacabadas muestran de manera casi fotográfica lotes abandonados, obras a medio construir o el Congreso y las enormes panelas de cemento que ponen enfrente para evitar que la gente o los carros circulen, se estacionen o que se yo, pero que definitivamente rompen con la estética del espacio y de la plaza. Estos son apenas tres dibujos de una serie que realizó el joven artista Mateo López como proyecto de grado en la Universidad de Los Andes. Inmaculadamente presentados y realizados en su más mínimo detalle, Mateo López se encarga de que cada cosa que aparezca en escena no sea una cuestión de azar... por ello el trazo aunque casi fotográfico hace parte de una intención y por consiguiente se puede involucrar con la idea de gesto. Es decir en estos dibujos vemos cómo el gesto puede ser un pequeño, medido y calculado punto con un fin específico que es, como en el bordado, el de unir nudo con nudo para formar un todo.
El único problema que se nos devuelve en esta parte es que el todo está incompleto, inacabado. No hay sino una parte de ese todo, como podría hablarse de los cuadros-ventanas de Mondrian o como las pinturas fotogramas de películas, de Edward Hopper pero que evidentemente trasciende hacia otros ámbitos. Hay una parte de ese todo que nos sugiere algo más allá de la imagen. Al ver que esta unión sigilosa entre nudo y nudo entre punto y punto, forman una filigrana de tiempo, de diario personal y de respiración inacabada, nos queda la duda sobre lo que hay en lo que no vemos. ¿Acaso una espera? ¿o más bien una mirada hacia la muerte?
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Hay algo en el proceso que sugiere tener en cuenta un problema de tiempo, de espera y de dejar sobre la marcha una huella en esa espera. Cada huella concreta en si misma la imagen de la que estamos hablando. El dibujo en Mateo López se presenta como testimonio de esa espera inacabada. Se busca algo que en el camino se ve que no será posible de lograr... se abandona como el deseo insatisfecho, como ese algo que nunca se podrá alcanzar en vida, porque lo único que puede terminar con todo esto es la propia muerte, tal cual como sucede con un diario íntimo. Si se quiere estará de la mano de Sísifo, buscará en él como en Miguel Angel y sus esclavos o como Rodin y sus puertas del Infierno, un más allá de la obra como conclusión... será en este caso un dibujo como testimonio, como documento de un hecho en el que la labor de Mateo López se acompañará con la pertinencia de la imagen seleccionada. Entre ambas se bordan nudos perfectamente acabados cuidándose de dejar un espacio a lo inacabado... al sentimiento de duelo anticipado como preámbulo de la muerte.
[1] Roger Grenier, “La Frivolité ou la Mort”, en L’inachevement, Nouvelle Revue de Psychanalyse No 50, Ed. Gallimard, 1994, p. 18.
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