22 de enero de 2010

CUANDO PENSAMOS EN GUERRA - EN QUÉ ESTAMOS PENSANDO?

Imágenes de Torturas en Irak
Mayo de 2004

1. Primera escena: Un hombre desnudo de pie y ligeramente de espaldas al lente del fotógrafo. Otro frente a él, también desnudo, arrodillado en el piso, insinuando un acto de sexo oral. Definitivamente se alcanza a ver que el de abajo esta entre las piernas de aquel que se encuentra de pie. Las cabezas de ambos, sin embargo, están tapadas con una especie de bolsas oscuras que impiden que la acción como tal se ejecute. El espacio se ve frío, un piso de cemento, al fondo una puerta metálica, un par de personas igualmente desnudas con las cabezas tapadas aparecen como parte de esta suerte de “escenografía”, pero no parecen tener ninguna injerencia en el acto que se está fotografiando. De hecho cabe la pregunta si estas personas de atrás al fondo de la habitación, saben lo que allí está ocurriendo.

2. Segunda escena: Una persona vestida con una túnica negra y vieja, algo así como una especie de ruana contrahecha, deshilachada, ajada.... corroída. Esta misma persona tiene una bolsa puntiaguda que le cubre toda la cabeza semejando, si se quiere, a aquellas que se usaban en la secta norteamericana del Ku Klux Klan, .... por supuesto que la capucha de esta imagen no tiene huecos por donde ver o respirar. Los brazos abiertos como de entrega total, tienen unas prolongaciones a través de sus dedos de las manos, que no son otra cosa distinta a unos cables que aparentemente están conectados a un punto eléctrico. Bajo los pies de esta persona hay una caja de cartón,... tan inestable como puede ser una caja de cartón con una persona parada encima de ella. A esta persona se le ha dicho que si cae de la caja, de inmediato muere electrocutada. El espacio en el cual se encuentra, es pobre, la humedad se ve que cae del techo alrededor de unos tubos carcomidos por el óxido. Pueden pasar 30 horas antes de que, en medio de risas, se le desconecte de este aparato amenazante.

3. Última escena: Un viejito elegante, pareciera que acabara de salir de la peluquería. Vestido con un traje azul oscuro muy nuevo, con camisa azul pálido que junto con la corbata no deja entrever en lo más mínimo, lo que llamaríamos un mal gusto para vestir. Este viejito de anteojos metálicos que atrapan el lente delgado por la parte de arriba dejando desnudo el vidrio en la parte inferior, levanta su mano derecha de cerca de 75 años. Un gesto en la boca deja entrever que no es la primera vez que lo hace.. que es algo así como un gesto de rutina. Sus pequeños y arrugados pero agudos ojos miran hacia un infinito propio de quienes tienen esa edad: ¿acaso ternura? ¿algo de resabio combinado con arrogancia? Casi podemos leer en el gesto que se trata de una invitación a la que “le tocó ir”, y está cumpliendo con la tarea a pesar de sus setenta y pico de años..

Las primeras dos imágenes tratan sobre las torturas que el ejército de los Estados Unidos está implementando en Irak. La tercera descripción es la del Secretario de Defensa, el Señor Donald Rumsfeld.


Contrastan las primeras imágenes frente a la última por que el vínculo que hoy día estamos estableciendo es el de un patrón determinado por el poder. El poder es elegante, el poder es lujo, el poder se estimula a través de la mirada y por supuesto detenta un gusto construido durante años.

Es extraño ver cómo en todas las imágenes de las torturas, las víctimas tiene la cabeza cubierta. La mirada les es negada, no pueden tener acceso a observar a aquellos que imponen estas torturas.... ¿acaso porque resulta detestable que otros miren lo que se les está proponiendo que deben hacer? ¿O será más bien porque a través de ese otro me estoy viendo y no me gusta cómo me veo? La mirada negada es extraña porque provoca un sistema de enajenamiento completamente opuesto a lo pornográfico. Esto indica que la imagen fotografiada es todo un plan para registrar una experiencia propia más que para involucrar a algún espectador en el juego macabro. ¿En este sentido podemos catalogar estas imágenes como fotografías de género “snuff”?

Por otro lado, observamos en estas imágenes, que en muchas de ellas se busca un orden que simula el orden que deseaba implementar el Marqués de Sade en sus orgías. La imagen es cuidada en muchos aspectos, nunca se desordena, por el contrario, hay una necesidad de mantener un cierto orden en el momento en el que se simula un sexo oral, o en la toma del prisionero con la túnica negra, por no hablar de las pirámides de presos desnudos, o las torres unos sentados encima de otros. La simetría, la mirada del fotógrafo, la disposición en que se encuentran los presos sugieren una necesidad de imponer un nuevo orden en el Medio Oriente. Estas imágenes de por sí hablan, sobre una cultura, una manera de ver, una idea de orden aprendido, y un cuidado tan inquietante como el del peinado del viejito Rumsfeld cuando aceptaba su culpa por estos hechos atroces en Irak.

Nos quedan nuestros ojos y nuestras reflexiones en torno a la multitud de historias y de imágenes que nos bombardean día a día. Me queda por último una pregunta: ¿Acaso cuando pensamos en guerra, en qué estamos pensando?

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