"Aunque Ud No Lo Crea"
Andrés Gaitán Tobar
[1] Álvaro Barrios. Orígenes del Arte Conceptual en Colombia, Publicado por el I.D.C.T., Premio de Ensayo Histórico, Teórico o Crítico, El Arte Colombiano de Fin de Milenio. Convocatoria de 1999.
Exposición Individual de Álvaro Barrios
Galería Alonso Garcés (Bogotá)
Hasta Noviembre 6 de 2010
Abierto de Lunes a Viernes de 10 A.M - 6 P.M
Sabado de 10 A.M - 2 P.M
Carrera 5a. No. 26-92 Bogota, Colombia Sabado de 10 A.M - 2 P.M
Podríamos empezar por Duchamp; por la famosa “Fuente” de Duchamp: un orinal que este artista francés compró en una tienda y que presentó en una exposición hace cerca de un siglo dando lugar al Ready-made como objeto artístico, donde la reflexión que acompaña un acto se convierte en sí como un principio estético. Dicho acto, el de llevar un objeto ya hecho a un espacio museográfico, nos conduce a un cuestionamiento sobre todo aquello que estamos acostumbrados a nombrar en el campo de las artes como: la originalidad y la autoridad que tiene un museo de nombrar qué es arte. Su obra, que presenta y firma como R. Mutt, dado que fue él quien diseñó el orinal, se “esquineó” en el lugar de exhibición. Nadie sabía que en la firma R. Mutt estaba escondido Marcel Duchamp.
Podríamos empezar también con otra obra de Duchamp: aquella en que se viste de mujer, se toma una fotografía señalando de esta manera que Rrose Sélavy (alter ego femenino de Marcel Duchamp) es tan real como Marcel Ducamp. Rrose Sélavy es una artista “independiente” de Marcel Duchamp. Hace sus propias obras, escribe sus propios pensamientos y, dada la foto, existe!!! es de carne y hueso!!!
Continuemos entonces con el acto de sustitución. Reemplazarse a sí mismo por su hermano durante cinco años para presentar obras en su nombre es algo que hizo el artista barranquillero Álvaro Barrios iniciando la década de los 80’s. Su hermano, o mejor dicho: él mismo sustituyéndose por su hermano, Javier Barrios, participó en exposiciones en las cuales los expertos le otorgaron premios o lo criticaron de “malo” frente a la obra del artista ya conocido (Álvaro Barrios).
Izq. Marcel Duchamp como Rrose Sélavy. Der. A. Barrios como J. Barrios como M. Duchamp como Rrose Sélavy |
Lo cierto era que Javier era Álvaro. Tal vez un Álvaro que empezaba en carne propia a sustituirse por otro durante mucho tiempo para entrar en un mundo riesgoso lleno de posturas puritanas y prejuiciosas del arte. Porque en últimas se está generando, con esta sustitución una confrontación de marras frente a qué es lo que más prima en una exposición: ¿La obra o el artista? Y de paso, ¿la reflexión o el estilo? Sin embargo veamos con precisión cómo fue que se desenmascaró la impostura: en el año de 1986, Álvaro Barrios hace una retrospectiva en el Museo de Arte Moderno de Bogotá. Allí aparece una fotografía de él disfrazado de Rrose Sélavy (la famosa fotografía de Marcel Duchamp). La ficha técnica decía: “Álvaro Barrios como Javier Barrios como Marcel Duchamp como Rrose Sélavy”. Una triple sustitución: el reemplazo del papel del alter ego femenino de un artista francés. Un trabalenguas que ha sabido manejar este artista barranquillero durante décadas en toda su producción artística y que nos rememora en su esencia, cómo el juego de sustituciones puede cuestionar realidades o verdades implantadas por medio de políticas y patrones culturales a nivel mundial.
Reemplazar a alguien, o sustituirse por otro, no es sencillamente el acto de cambiar de roles en una obra momentánea, sino de buscar otras personas dentro de uno mismo. De alguna manera lo que sucede es que el ego, aquel gran ego que trata de mantener un estado de ORIGINALIDADES permanentes en su obra para crear un “estilo propio”, va desapareciendo. Ya no se trata de buscar al autor y sus fantasías, ni de reconocerlo por sus trazos y sus matices, sino de entablar un diálogo directo con lo que se tiene enfrente cuando se observa una obra. Es decir: a nadie le importa realmente quien es R. Mutt, el que diseñó el orinal, ni mucho menos saber si cuando Duchamp tuvo la idea de mostrarlo como “obra de arte” en una exposición, se debía a procesos escatológicos propios. O si Álvaro Barrios se la pasa leyendo cómics o es un coleccionista acérrimo de la obra de Duchamp.
Desde entonces, Álvaro Barrios hace “cosas” ya hechas. Es algo que él ha citado[1] como el Ready-made recíproco. Es, de esta manera, como Álvaro Barrios va desapareciendo poco a poco en sus cuadros y nos va dejando una historia del arte descompuesta, digerida entre sus fauces carnívoras, antropofágicas[2]. Toma lo que no es de él. Come lo que no es de él. Digiere lo que no es de él y junta dos o tres imágenes ya hechas para que nazca una confrontación entre el espectador y la historia del arte. Esta muestra titulada “Aunque Ud. No Lo Crea” es casi un chiste, sino fuera porque duelen cada una de sus constantes punzadas. Álvaro Barrios inventa un trofeo que es una copia de la “Fuente” de Duchamp (metálica, “trofeística”), y con ella se concede a sí mismo el premio al mejor artista en la placa que acompaña este trofeo:
“Marcel Duchamp Champion Cup”
Awarded to
ÁLVARO BARRIOS
Accrediting him as
“THE WORLD’S MOST PERFECTLY DEVELOPED ARTIST”
On October 27. 2011
Analizando viejas historietas, Barrios, saca provecho de una frase en la que se resaltan los procesos de cambio, al comprar un producto, al someterse a un tratamiento novedoso o a informes sobre aquello que ha sucedido de manera extraordinaria: “Aunque Ud No Lo Crea” es una frase que nos acompaña desde hace tanto tiempo en el mercado que se ha convertido en un cliché comercial. Esta frase acompañada de dibujos de Tom of Finland (fundamentalmente), son los recursos de Barrios para cambiar la historia del arte y para darle un giro que cuestiona el momento “lumínico de creación” que toca solamente algunos artistas[3].La historia del arte moderno está llena de preguntas sobre cuál fue el momento en el cual un artista u otro surgió en la esfera del Gran Arte. Pues bien, la respuesta se puede encontrar en estas historias contadas por Álvaro Barrios. En todas ellas, se hace un recuento del momento bajo el cual, un artista famoso (Jeff Koons, Damien Hirst, Maurizio Cattelan, Sigmar Polke, etc) se iluminó para cambiar su perfil de “artista mediocre” a “artista reconocido”. Y en todas ellas se hace mención del galardón que se les ha entregado por su labor “lumínica”: el trofeo del orinal de Duchamp, ganado a su vez por Álvaro Barrios en el 2011!!!
Por todas estas preguntas que acompañan desde siempre su producción artística, bien vale la pena ver cómo Álvaro Barrios se erige a sí mismo como ganador de un premio que él mismo creó, y que ha servido para, de manera metafórica reseñada en sus cuadros, ofrecérselo a otros artistas de talla mundial.
Lo curioso del caso es que los dos trofeos (orinales) que se muestran en la exposición, ya están vendidos.
Andrés Gaitán Tobar
[1] Álvaro Barrios. Orígenes del Arte Conceptual en Colombia, Publicado por el I.D.C.T., Premio de Ensayo Histórico, Teórico o Crítico, El Arte Colombiano de Fin de Milenio. Convocatoria de 1999.
[2] Entendiendo este concepto de antropofagia con aquel expuesto por el brasileño Oswald de Andrade en su manifiesto antropofágico.
[3] Texto que se encuentra como introducción a la exposición. Escrito por el mismo Álvaro Barrios.
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