Exposición "Re-cámaras"
Sala de exposiciones (Casa de Moneda) Banco de la República
abierta hasta el 27 de octubre de 2010
El sólo ejercicio de hacer una exposición utilizando la colección (el archivo) del Banco de la República es en sí plausible e importante para el medio. No es la primera vez, y seguramente no será la última en que el Banco de la República se apoye en su propia colección para mostrar nuevas facetas y diversas miradas sobre problemáticas que en el instante de la adquisición de una pieza seguramente no estaba dentro de sus planes. ¿Cómo determinar cuáles van a ser los cruces entre diferentes obras en el momento en que se hace la compra? Para un coleccionista privado pueda ser que incurra dentro de una afinidad conceptual o formal que lo impulse a llevar siempre una línea propia…., pero para el Banco de la República, el asunto se revierte más en una importancia histórica que en una línea determinada. Es así como se acoge con agrado el hecho de que dicha colección no quede en los brazos muertos de los archivos cuya única función es la de recopilar enciclopédicamente una información invariable hasta la eternidad. Bien argüía Didi-Huberman[1] cuando se enfrentó a unas imágenes de archivos históricos y las tomó para fortalecer en ellas su carácter inicial de imagen “muerta y sin contenido” a uno de “imagen significativa”. La colección del Banco respira en el momento en que se “juega” con sus posibles cruces,… por ello, llevemos el caso de esta exposición Re-cámaras como un ejemplo pertinente para entenderlo como una expansión del ser coleccionista. Es decir, de la misma manera como María Wills (curadora de la exposición) nos habla de campo expandido de la fotografía, podríamos aquí cruzar dicho enunciado, con la función del Banco en este tipo de muestras como un campo expandido de la colección.
fragmento "Simulacros"
Al entrar a la exposición Re-cámaras[2], sin rodeos nos topamos con una pregunta permanente: ¿De qué manera hemos venido construyendo o abordando los innumerables campos de la fotografía? Y es precisamente esta pregunta la que hace que nos distanciemos entre el tomar fotografías (hoy en día convertida en una acción muy difundida) y el pensar la fotografía. Wills nos pone de manifiesto que dicha diferencia entre lo primero y lo segundo se da en que el hecho de pensar la fotografía nos lleva a diversos lugares donde la cámara es apenas una excusa para capturar la maleabilidad de “lo real”. Si nos acercamos a la obra de Oscar Muñoz, donde aparecen en unas cubetas de agua una imagen fotográfica de partes de un cuerpo, hecha con polvo de carbón que se ha sentado sobre su superficie, veremos que el señalamiento está más concentrado en un problema de memoria, de fragilidad y de tiempo. Estos tres conceptos se entrelazan formando una trenza angustiante que se va desanudando cada vez que una gota de agua cae sobre la superficie dañando el dibujo, erosionando el cuerpo, lacerando la desnudez. La gota va cayendo..., y se deja ver cayendo insonora mientras traspasa el dibujo (la fotografía). ¿Es acaso el cuerpo memoria? ¿Es acaso la piel tan frágil? O es la fotografía una serie de preguntas sobre el paso del tiempo que corroe los vestigios de lo violento? Wills nos deja una pregunta al final del texto de presentación de esta muestra que nos confunde, en el mejor sentido de la palabra, sobre nuestra mirada acerca de “lo real”: “¿Dónde podemos ubicarnos frente al territorio de la fotografía: dentro de la cámara o por fuera de ella?”[3] Esta frase, refiriéndonos a la obra señalada de Oscar Muñoz, es incisiva sobre la posición del espectador ante la imagen fotográfica: Hago parte de la destrucción lenta de una imagen? O soy consciente de que además de la imagen se trata del cuerpo que hemos venido, con distancia, ultrajando desde hace años en Colombia.
[1] Georges Didi-Huberman, Images Malgré Tout, Les Éditions de Minuit, Paris, 2003.
[2]La exposición cuenta con obras de: Fernell Franco, María Elvira Escallón, Juan Fernando Herrán, Rosario López, Miguel Ángel Rojas, Oscar Muñoz, Víctor Robledo, Gloria Posada, Liliana Angulo, Nelson Vergara y Angélica Teuta.
[3][3] Tomado del texto de introducción de la curadora María Wills.
No hay comentarios:
Publicar un comentario