"Archipiélago - Aztlan o Timbuktu?" (2010) impresión digital, tintas pigmentadas sobre papel de algodón. 200 x 73 cm Imagen prestada por Rodrigo Facundo |
Título de la Exposición: Fantografías
Exposición individual de Rodrigo Facundo
Museo de Arte Moderno de Bogotá
Abierta hasta el viernes 11 de noviembre
El recorrido en el tercer piso del Museo de Arte Moderno de Bogotá por estos días es ante todo una confrontación con nuestro imaginario político, económico, social…. Las imágenes fotográficas son bellas por la estética en la trampa visual que se utiliza. Todas son imágenes con una cierta atmósfera que las hace a todas poéticas, penumbrosas, etéreas y frágiles. Son imágenes que se inscriben en un lugar indeterminado y en una hora no precisa. Son imágenes compuestas por personajes citadinos(?), caribeños(?), desplazados(?), trabajadores(?), campesinos(?). Aunque todas son fotografías, se ve en ellas una extrañeza en su composición que hace que dichas “recreaciones” se tomen como tal: como una recreación, como un montaje. No en vano, Rodrigo Facundo, nos relata en su presentación de la exposición que titula “Fantografías”, que: “Para mí, la imagen es el teatro de la construcción de identidad”. Es decir, su aproximación a la identidad es ante todo un cuestionamiento sobre “lo real”. Se trata de un teatro visual manejado por diferentes medios que hacen que todos optemos por construir, a partir de las imágenes que difunden, nuestra propia realidad. Es a partir de esta realidad creada para nosotros que Facundo investiga tratando de sacar, a través de la historia, un conjunto de personajes y de escenas que se van entretejiendo en estos montajes anacrónicos.
La alteridad, aquella que me permite entrever que todos somos distintos y que podemos convivir sanamente con nuestras diferencias, es apenas un pantallazo que se borra en esta exposición. Asumimos dentro de nuestra contemporaneidad que el mundo gira alrededor del respeto por “el otro”, del disenso, de la posibilidad de juego y de mutuo entendimiento o al menos respeto por el adversario…., pero, ¿qué pasa si este mundo descrito brevemente es apenas un montaje? ¿Qué sucede si aquel adversario no es otra persona que mi propio reflejo? ¿Mi propio clon? Es tan cierto que el mundo en el que habitamos todos somos distintos y diversos? ¿No es acaso todo esto un discurso que hace que creamos en nuestra propia individualidad y en un “yo” fortalecido por los medios?
"yo no pienso" (2010) Impresión digital, tintas pigmentadas sobre papel de algodón, 150 x 100 cms imagen prestada por Rodrigo Facundo |
Mirando con detenimiento cada una de estas imágenes, hasta los conflictos que se tejen en algunas de ellas, son montajes teatrales que advierten no solamente un montaje sino la capacidad de prever en la formación del “yo” la idea de crear un carácter frente al conflicto. En Facundo, “lo real” no es otra cosa que un montaje que ha ayudado a tejer historias fantásticas acerca de la posición del “yo” en el mundo. Y claro, dicho teatro, tiene unas implicaciones políticas inmediatas que con la cercanía de las elecciones las podemos palpar: quien antes era acérrimo contradictor de un gobierno hace alianzas con el partido contrario para ganarle a un antiguo par, quien antes se suponía era guerrillero resultó paramilitar, quien argüía que era víctima de una masacre ahora resultó ser un comodín de un grupo de abogados, quien reclamaba partes de victoria en una confrontación armada ahora responde por falsos positivos y quien se suponía era un ministro estrella ahora lo vemos respondiendo desde la cárcel. Las diversas realidades que hemos vivido son construcciones apoyadas en imágenes cuyo destino ha sido el de formar una historia imprecisa. Y es allí donde apunta Facundo en esta muestra: a preguntar ¿dónde está “lo real” si todas las imágenes que nos han vendido tiene una inclinación que hace subjetivo nuestro presente?
Decía que son bellas, que son políticas y que son anacrónicas,… pero decía también que su atmósfera nos hace ver un montaje(1) . Por ello, no puedo evitar hacer referencia también, y antes de terminar con este análisis, al hotel “The Venetian” en Las Vegas. Para entrar al lugar, se debe cruzar un puente, que es una copia del Rialto, y pasar por encima de un canal de agua que entra al hotel. Una vez adentro se está en una pequeña ciudad con canales incluidos que simulan ser Venecia. Los faroles son idénticos, el cielo está con algunas nubes, las tiendas italianas están abiertas permanentemente, y los gondoleros pasan llevando turistas alrededor del hotel cantando arias operáticas en góndolas que son exactamente iguales a las que se encuentran en Venecia. Un detalle no debe escapar a esta descripción: la luz es siempre la misma…., sin importar la hora del día o de la noche, en The Venetian Hotel la hora siempre será un ligero atardecer. Uno entra a las 5 de la tarde y serán siempre las 6pm, uno entra y come algo siguen siendo las 6pm, uno hace compras o entra al Casino del hotel y cuando sale serán las 6pm. Y a toda hora, siendo las 6pm, pasan gondoleros cantando y venden pizza. Esa atmósfera de mentiras tiene su semejanza con Facundo. La persona que entra a The Venetian Hotel en Las Vegas sabe que está no solamente en una recreación de Venecia sino que está en una ciudad situada en la mitad de un desierto y que desde sus inicios ha creado esa atmósfera que limita con “lo real”. En The Venetian Hotel se sabe que se está en un hotel y se juega a ello, por el contrario, en Facundo se sabe que se está en un país y ….
The Venetian Hotel - Las Vegas |
(1) En la exposición se confirma también el montaje por medio de un par de cajas que Facundo ha dispuesto donde se muestra “el truco” que ha servido para construir las imágenes fotográficas. Sin embargo, en referencia a las imágenes fotográficas, hay unas en las que se ven claramente personajes insertados al revés, mostrando así el lado del recorte y del soporte del mismo.
Andrés Gaitán T.