6 de marzo de 2012

EDGAR GUZMÁNRUIZ / Los Espacios que se Bifurcan

entrada a la Instalación "Atrapaluces"
Título de la Exposición: Atrapaluces y Matrioshkas
Exposición Individual de Edgar Guzmánruiz
Alonso Garcés Galería Carrera 5 No 26B - 92
Abierta hasta el 18 de Marzo

No está de más hacer una breve introducción acerca de lo que se ve al entrar a las dos salas de la Alonso Garcés Galería. Y pongo esto de antemano porque en apariencia son dos obras que podrían tener poco en común por su aspecto visual, pero que en el trasfondo conllevan la misma problemática que se ha planteado Edgar Guzmánruiz desde hace ya varios años: los palimpsestos o las sobre-escrituras que permiten ver varios “presentes” al mismo tiempo. En los juegos de percepción siempre ha cabido la pregunta acerca de lo “real”, lo que “existe” o lo que “es”. Por ejemplo: alguien pregunta:


“¿Acaso hay cosas en el mundo que existen a pesar de que nadie lo sepa?”

Merleau-Ponty podría asegurar que la experiencia hace que las cosas existan y así hemos ido construyendo el mundo en el que habitamos. Nuestro cuerpo es sensorialmente perceptivo a lo que lo rodea y a lo que lo “enseña” a ser en el mundo, de tal manera que nuestro mundo empieza a crear espejos de lo que perceptivamente estamos viendo, para vernos en ellos y sentirnos parte del mundo. Percibimos el nuestro mundo de acuerdo a lo que sabemos que existe, independiente de si es una verdadera ficción. Un extraterrestre es tan “real” como lo es un puñado de árboles en el Parque Nacional o como el trancón vehicular que a diario nos ataca en Bogotá. Lo que sucede es que unas cosas toca nombrarlas para que existan y otras simple y llanamente nos las topamos en cualquier momento. Pero eso no hace que unas existan menos o más que otras, simplemente hacen parte de nuestro imaginario y de nuestra forma de entender y de percibirnos en el mundo.

Así las cosas, no está de más en ver que tal como sucede una pregunta constante por el factor Tiempo en esta exposición, también se ha visto ello en “El Jardín de los Senderos que se Bifurcan” de Borges. Es decir, la del Tiempo, no es una pregunta inusual sino un estado de percepción que a veces nos acosa y que, por lo general, por las complicaciones mentales que propone hacia el infinito o por una suerte de angustia existencial, desechamos. Edgar Guzmanruiz va de frente al problema y nos propone, tanto en las Matrioshkas como en los Atrapaluces un juego laberíntico de varias realidades paralelas de una forma tan sutil que hace que sean posibles tantos cruces de tiempo como los podamos suponer. Eso es lo que en primera instancia siente uno al entrar a la sala.

“Creía en infinitas series de tiempos, en una red creciente y vertiginosa de tiempos que se aproximan, se bifurcan, se cortan o que secularmente se ignoran, abarca todas las posibilidades.” (El jardín de los senderos que se bifurcan, Jorge Luis Borges)

Una de las Matrioshkas que hay en la Sala
Las Matrioshkas como huellas de la Soledad.
Imaginemos por un instante el sentimiento más profundo y más íntimo de soledad. Todos los sonidos, sabores y recuerdos que puedan acompañar la soledad estarían presentes en ese instante….; porque sabemos, en el fondo, que la soledad viene acompañada de algo que transita en la imaginación y nos hace presentes una serie de sensaciones a veces imprevistas.
Las Matrioshkas reflejan, de algún modo, esa soledad que viene acompañada de muchas situaciones internas. No es una soledad física, sino aquella soledad mental llena de fantasmas que circulan a través de los objetos y que dejan huella en nuestras memorias. Estas Matrioshkas traen sus recuerdos de situaciones predeterminadas pero ausentes. Las vemos y en el entretanto, angustiosamente, se van desvaneciendo.

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Atrapaluces - Templos Anacrónicos
Todos nos congregamos en este Espacio a ver silenciosamente unas obras como quien ora en una capilla. El arte trasciende y el espacio genera dicho ambiente para creer en lo que vemos y para entender que ello hace parte de una estética que requiere introspección. Pero, ¿qué pasa cuando vemos que este espacio guarda en su memoria otro tipo de Templo? Por allá antes de los 70’s fue una capilla, … , hoy es Galería.
Y Guzmánruiz destapa aquella memoria guardada desde hace más de 40 años, como quien levanta un velo espeso que se ha posado con el tiempo en el espacio. Abre paredes y destapa los vidrios de las ventanas para que circule el aire, el frío y la luz que deben entrar en la Capilla/Galería. Para que entre lo que ha estado bloqueado por años y para atraparlos en finas telas antisépticas que filtran el aire y que protegen (¿aíslan?) al sano del enfermo.

Vemos en esta intervención un gesto que ayuda a comprender la fragilidad del ser humano frente al Tiempo y la potencia de la penumbra en el recogimiento que siempre ha permeado este espacio.